Demasiado perfectas para ser obra
de hombres primitivos. El hallazgo de Altamira a finales del siglo XIX fue
recibido con tanta incredulidad como asombro ante la maestría de aquellos
primeros artistas que dejaron su huella en las paredes de las cavernas y en
objetos decorados con exquisito naturalismo.
El hallazgo de Altamira fue
también el principio de una intensa actividad arqueológica, de un siglo de
descubrimientos en el que Cantabria ha ido atesorando una extensa colección que
abarca desde el Paleolítico a la Edad Media. Las joyas de ese patrimonio son
los piezas de arte mueble paleolítico, especialmente los objetos grabados en
hueso y asta del Magdaleniense, su periodo de esplendor, del que el Museo
conserva objetos únicos, como los bastones perforados de El Castillo y El Pendo
o la falange de uro decorada de La Garma.Son algunos de los objetos que
albergará el antiguo Banco de España, un edificio de 1924 proyectado por Eloy
Martínez del Valle, que se convertirá en la sede principal del MUPAC, que desde
el pasado julio muestra su colección en el Mercado del Este.
El arqueólogo y también director
de las cuevas prehistóricas de Cantabria, Roberto Ontañón, que acaba de ponerse
al frente del Museo, será el encargado de capitanear un proyecto que espera ver
culminado en 2016, según señala en una entrevista con Efe. La colección del
MUPAC tiene una historia azarosa. Su director recuerda que las primeros
hallazgos se exhibieron en el Palacio de Sobrellano en Comillas, hasta que en
1926 se inauguró un primer museo en el Instituto Santa Clara de Santander. En
1941 fue trasladada de nuevo, a los bajos de la entonces Diputación Provincial,
donde permaneció hasta 2008, cuando el museo fue desmantelado y el edificio
demolido para construir en su lugar una nueva sede para el Gobierno regional
que se quedó en proyecto. Desde entonces las piezas estuvieron guardadas en un
almacén, del que salieron el verano pasado para volver a ver la luz en el
Mercado del Este. El actual MUPAC es el último museo de arqueología y
prehistoria que se ha inaugurado en España y cuando su nueva sede sea una
realidad, seguirá invitando al visitante a descubrir más sobre las forma de
vida de sus antepasados y sobre el trabajo de arqueólogos e investigadores.
Según Ontañón, las dos sedes
serán complementarias. La idea -explica- es dedicar la exposición permanente
del Banco de España a los objetos decorados del Paleolítico Superior y su
relación con las pinturas rupestres para que visitantes de cualquier parte del
mundo entiendan cómo, cuándo y cómo nació el arte. Se pretende que sea además
"la antesala" de una escapada a las cuevas con pinturas prehistóricas
abiertas al público: Covalanas, El Castillo, Las Monedas, Hornos de la Peña, El
Pendo, Chufín y Cullalvera (todas declaradas patrimonio de la humanidad, excepto
la última). A menos de cinco minutos a pie está la exposición actual, que, como
los yacimientos, tiene diferentes niveles, porque está pensada para que pueda
ser disfrutada por todos los públicos, desde familias con niños hasta
especialistas. Los objetos arqueológicos son el centro de una escenografía que
ayuda a entender su contexto histórico de una forma didáctica, a través de
pantallas interactivas, audiovisuales con algún guiño de parque temático y
paneles para saber más.
El visitante puede comprobar cómo
eran por dentro las cabañas de los antiguos cántabros o las villas romanas,
pasar por debajo de un dolmen, asomarse a una cueva habitada, sorprenderse con
el realismo del hombre del Magdaleniense con el que se topará en el recorrido o
tratar de responder a los enigmas sin resolver que le plantea el museo. Y ver
de cerca piezas que también son emblemas de la colección, como el caldero de
Cabárceno o las tan famosas como misteriosas estelas, que aún plantean
interrogantes sobre su finalidad e incluso sobre su cronología. Ontañón quiere
hacer del MUPAC un museo vivo y en 2014 empezarán las primeras actividades:
talleres para niños y más adelante para familias, encuentros con especialistas
y arqueólogos para que den a conocer el resultado de sus campañas y
exposiciones temporales temáticas, que ganarán en tamaño y ambición cuando
disponga de sus dos sedes. El MUPAC abre así una nueva etapa de futuro en la
que también se propone "dialogar" con el Museo de Altamira y con el
Centro Botín, que se inaugurará el próximo verano a pocos minutos del Banco de
España, los que separarán el arte último del primero, que aún sigue inspirando
a los creadores de hoy.
0 comentarios:
Publicar un comentario